martes, 26 de abril de 2011
miércoles, 20 de abril de 2011
lunes, 18 de abril de 2011
lunes, 4 de abril de 2011
domingo, 3 de abril de 2011
ROQUEROS RIVADAVIENSES: 25 AÑOS DE HISTORIA LOCAL
ROCK DE LA PLAZA DEL PUEBLO (*)
Por Fabricio Márquez
CUANDO NO HABÍA NADA
A principios de la década del ochenta, en Rivadavia, como
en cualquier pueblo del interior, si a un pibe le pasaba que quería
dedicarse a tocar rocanrol, se encontraba con un panorama desolador:
muy poco apoyo del entorno, desconocimiento de técnicas para
componer y pocas fuentes de dónde aprender, descreimiento en cuanto
a las concreciones, subestimaciones de propios y extraños, prejuicios de
la sociedad con respecto a las razones por las cuales alguien decidía
canalizar sus pensamientos y deseos a través de este género musical. Y
ni hablar de los instrumentos: caros y difíciles de conseguir.
Eran tantas las imposibilidades que se presentaban, que
el pecho se oprimía, aplastado el impulso, ante la tarea gigantesca.
Carlos Calderón vivió esta situación durante su adolescencia y parte
de su juventud.
Tocaba una guitarra vieja y destartalada, componía
canciones debajo de los árboles de la Plaza del pueblo, a plena siesta,
lidiando con las consecuencias de vivir en el interior del interior.
Además de músico autodidacta, era obrero de la
construcción. En aquella época puso ladrillos en la nueva Escuela
Normal, en el Barrio La Línea, en la nueva Municipalidad. Tenía 24
Años cuando se acercó a un grupo de jóvenes que se encontraban en sus
mismas condiciones y con sus mismas ganas, con la idea de abrirles
caminos expresivos. Y así fue como se formó la primera banda de rock alternativo.
Ave Cristo
Carlos Calderón, voz y primera guitarra;
Mariano Arboit y Guillermo Acieff, guitarras rítmicas;
Osvaldo “Ciego”Gimenez, bajo; Juan Salomón, batería;
César Plastina, armónica y flauta; la Turca Hebe, coros.
Carlos armó, organizó, enseñó, aportó un
puñado de canciones y después se fue a Río Negro, porque había
encontrado trabajo por allá y en aquel momento eso era lo
preponderante.
EL PRIMER ROCANROL
El grupo se reestructuró y siguieron ensayando solos. Se
presentaron a un concurso en la Escuela Don Bosco, en Rodeo del
Medio. En el camino perdieron el bombo de la batería. Tocaron dos
canciones. Ganó la banda local. Después entra en escena Willy Mañas,
que hace la primera voz. Recién ahí se sintieron en condiciones de
hacer su debut oficial. Y lo hicieron a lo grande. El 9 de julio de 1981,
en el Cine Ducal. Según el Diario Los Andes de esa época, ante
ochocientas personas y con notorio éxito.
Tenían 17 o 18 años, algunos recién terminaban la
secundaria, otros no. Junto con ellos tocaron dos bandas más, con gente
de San Martín y Palmira: el Dúo Vida, integrado por Chucho
Campanella y Sergio Gimenez, o sea Gallineto. Y Nosotros, que cerraba
el show, y que estaba formado por los hermanos Sotelo, Mario
Campanella, Cordero Rogel y un muchacho recién llegado a Palmira
desde San Luis, siguiendo a su familia porque al padre, ferroviario, lo
habían trasladado: César Muñoz, el Negro César.
Se podría decir que esa fue una noche fundacional, porque
pasaron cosas importantes: en primer lugar, Ave Cristo tuvo un debut exitoso, en el que se puso de manifiesto todo el tiempo, el esfuerzo y las ganas que habían puesto para lograrlo. El premio fue tocar en un gran escenario y tener una sala llena aplaudiéndolos. Sin lugar a dudas algo estaba cambiando en el ánimo de la gente, porque la banda generó una expectativa y una asistencia masiva que Carlos Calderón jamás se
hubiera imaginado y que a cualquier banda en la actualidad le resulta
casi imposible de lograr.
Y lo otro que pasó fue que entre las bandas invitadas
aparecieron en escena dos músicos y personajes que tendrían mucho
que ver con la historia del rock local: el Gallineto y el Negro César,
ambos fundadores de las dos bandas más importantes que tuvimos. Si
hay algo que cabe destacar y que tal vez quedó conjurado aquella
noche, es que el rock ha sido desde siempre quizás el único espacio en
el que no ha existido la típica confrontación entre San Martín, Palmira,
Junín y Rivadavia. Al contrario, salvando excepciones, ha habido
siempre un amistoso ida y vuelta de músicos, de públicos, de recitales,
de colaboraciones y de simpatías.
EL DESPERTAR DE LA GAVIOTA
Después de esa noche, Ave Cristo volvió a tocar en Casa
de Italia, en un festival de bandas entre las que actuaban Los Enanitos
Verdes, que en sus comienzos venían bastante seguido por acá. Luego,
por diferencias entre sus integrantes, Ave Cristo se disolvió. Guillermo
y Ciego armaron TRICICLO MÁGICO, banda con la que tocaron en el
año 82 en el Club Bernardino Rivadavia, pero que no duró demasiado.
Ese mismo año volvió Carlos Calderón. Y con Ciego
armaron GAVIOTA FEROZ. Hubo dos bateristas: Carlos Cecchi, el
primero y Pablo Domínguez, el estable. En los recitales sobrevolaba
sobre el escenario una gaviota de dos metros y medio. Y se extendía
una bandera grande de terciopelo azul con una gaviota en el centro. El
público no sólo estaba compuesto por jóvenes, también se había sumado
gente grande. Los recitales se hacían en lugares amplios, como Casa
de Italia, el Agustín Álvarez, el subsuelo del Cine Ducal. Y se
transformaron en una galería para todo aquel artista que quisiera
exhibir sus creaciones. Acudieron a la propuesta artistas de toda la
zona Este.
Fue una banda comprometida con la vida política, social y
cultural de los rivadavienses. Y lo expresaron enfrentando a la policía
desde el escenario, invitándolos a retirarse si no habían venido a bailar
rocanrol y sumarse a la fiesta. Y también en ese recital en 1983,
abriendo el actual período democrático. En la Plaza principal llena de
gente escuchando la música de la Democracia. El escenario era la
plataforma del monumento, el telón de fondo, el prócer y la Patria.
GAVIOTA FEROZ tenía calidad de sonido, justeza y
técnica en la ejecución de los instrumentos, temas con contenidos y
proyección. Podían tocar un rocanrol pesado o fusionar jazz-rock con
una zamba o un malambo. Cuando la banda
cumplió un año lo festejaron a lo grande: con música, torta y champán.
Un tiempo después se separaron.
Luego de esta experiencia, Ciego se fue a tocar a Palmira.
Y cambió el bajo por la guitarra. Con Gallineto en bajo, Chambi Rojas
en guitarra y voz y Paya en batería, armaron SUPERCIELO. Luego
de que se fue Chambi y probaron con dos chicas, Ciego empezó a
cantar, se convirtieron en trío y pasaron a llamarse PARENALILA,
allá por el 85.
SE VINO EL ESTALLIDO
Enzo Compagnucci tiene el privilegio de haber sido
baterista de las dos bandas más importantes de esta historia:
PARENALILA y LA SERPIENTE.
Pero no nos adelantemos. En el año 87 Enzo vivía en un
callejón en las afueras de Rivadavia y con cualquier cosa y dos palos
improvisaba una batería. Se conocían con Cheto Beltrán, que vivía en
las orillas del Centro, a través de sus hermanos mayores. A principios
de ese año ambos cosecharon en la misma finca. Eran un grupito que se
completaba con los amigos de Cheto, que vivían en el Centro.
Enzo estaba acostumbrado desde chico a trabajar pesado,
los otros se estaban estrenando. Venían de realidades muy diferentes.
Lo único que los unió fue que todos querían comprarse un instrumento
y ponerse a tocar. Cada vez la cosa fue tomando mas forma y después
de terminada la cosecha, lo planificado se concretó.
TERAPIA INTENSIVA estaba integrada por Carlos
Cremades en guitarra; Dario Penisse, guitarra, voz y letras; Daniel
Dindorf, bajo y voz; Enzo Compagnucci, batería; Cheto Beltrán, letras y
composición. Ensayaron mucho, pero alcanzaron a tocar en vivo pocas
veces. El recital más importante lo dieron un domingo a la noche, en
la Peatonal. Y su mayor logro fue que hizo renacer la llama del rock en
Rivadavia, que había quedado un poco extinguida.
Luego de su separación, a principios del 88, ocurre un
estallido, y el pueblo se llena de bandas: Cheto Beltrán arma DOBLE
SENTIDO, haciéndose cargo de la voz y las letras; Carlos Cremades,
guitarra; Marcelo Rechi, otro habitante oculto de los callejones que
corren entre Junín y Rivadavia, batería; primero Pepe Lobiondo y
luego Javier Figueroa en bajo y Marcelo Barroso, en teclado, era un
invitado ocasional. CASANDRA se formó con Dario Penisse en bajo y
voz; Fernando “Mimi” Orozco, de San Martín, en guitarra; Alejandro
Carricondo en teclados y Francisco Boschini en batería, ambos de
Junín. HUNO estaba formado por Daniel Dindorf en bajo y voz; Negro
Matilla en guitarra y Enzo Compagnucci en Batería. Así quedó
Terapia Intensiva desmembrada.
Y LA CASA SE QUEMÓ
Pero también estaba DC 10, con Hugui Moreira en
guitarra y Marcelo Barroso en teclados. Pepe Lobiondo estuvo muy
poco en DOBLE SENTIDO, porque conoció a Silvio Herrero, de San
Martín, y ahí nació otra buena banda, QUEMANDO LA CASA. Una
banda roquera, pero oscura. Silvio tocaba la guitarra eléctrica, pero
además componía las canciones y las cantaba. Y encaraba todo el
asunto de una manera más profesional. En el teclado estaba Gustavo
Morán, de Palmira. Y en la batería primero estuvo Fabian Martinez, el
Lechuga, de Palmira y en la última etapa entró Enzo.
QUEMANDO LA CASA estuvo en escena tres años.
Tocaron mucho en la zona este. En Rivadavia, uno de sus recitales mas
recordados fue el del Cine Ducal, organizado por Héctor Morales. Pero
volvamos al 88: PARENALILA estaba pasando un momento incierto.
Gallineto se había ido por un tiempo a trabajar, Paya abandonó la
banda. Pero entonces apareció Marcelo Herrero, el hermano de Silvio,
tecladista. Por otro lado, Ciego lo conoció a Enzo, lo escuchó tocar y lo
invitó a integrarse a la banda.
Cuando Gallineto volvió, se encontró con que tenía banda
nueva. Enzo debutó en PARENALILA el 20 de setiembre de 1988, en
el Baile de la Primavera de la Escuela Normal. Y al otro día, en la
tarde, hizo su debut oficial en el Rivadavia Rock, un Festival
organizado por Marcelo y Sandro Arancibia. Allí tocaron las bandas
locales que ya mencionamos, y de Mendoza estuvieron Los Perfectos
idiotas, La Leche, Ala Disidente, Raivan Perez, Alcohol Etílico. Una
buena idea ese festival, que lamentablemente no continuó.
PAREN A ESA CHICA
Pero la formación fuerte de PARENALILA recién se
completó el 24 de diciembre, en San Martín, al mediodía, en un recital
que organizó Radio Merlín. PARENALILA y SKY DADÁ, banda en la
que tocaba Cesar Muñoz. Una amiga en común los presenta y Cesar le
dijo a Ciego que quería tocar en PARENALILA. A partir de ahí la cosa
cambió.
En 1989 vivieron “los tres meses del éxito mendocino”,
que según Ciego, es lo que dura un éxito en Mendoza. En abril
participaron de la Gira por Angeloz Presidente, junto a La Torre, Los
Pericos y Luis Alberto Spinetta. Tocaron mucho, tuvieron buena
prensa, se convirtieron en la banda rockera por excelencia. Y aún hoy,
en Mendoza, se la sigue considerando.
Pero a principios de 1990, por problemas personales,
ajenos a lo musical, se vieron obligados a separarse. Cada uno encaró
algo distinto. El lugar de baterista en QUEMANDO LA CASA había
quedado vacante y Enzo pasó a ocuparlo. Esa banda también se separó
tiempo después, y Enzo, Gallineto, Marcelo, Silvio y Mimi forman LOS
VICIOS DEL CONDE, que duró tres meses con esa formación.
Ese mismo año, César Plastina, Hugui Moreira, Marcelo y
Gabriel Barroso y Mauricio Vicente formaron KEY STONE. Luego, en
el 91, César Plastina y Guillermo Acieff se juntaron para revivir AVE
CRISTO. El resto de la banda era distinta: Beto Durigutti en batería,
Arturo Crescitelli en teclado, Alejandro Acieff guitarra. César tocaba
el bajo. Darío Guisaura, de Raivan Perez, colaboró con la banda.
Tocaron una sola vez, en Casa España. Fueron teloneros el dúo
MUSCOLINI-TARQUINI, que venían haciendo folklore pero que se
estaban arrimando al fogón del rock.
BLUES DEL ESTE
1992 fue un año de poco movimiento, o mejor dicho de
movimientos internos. Marcelo Muscolini, Enzo, Pepe, Marcelo
Figueroa y muchos otros, se juntaban en las casas, a zapar, a
fusionarse, a aprender los unos de los otros. A su alrededor, se movían
aprendices de artistas plásticos, actores, escritores. Toda esa fusión era
producto del Centro Cultural Inti Runa, idea de Ely Escudero que un
grupo de gente joven ayudó a llevar a cabo y otro grupo de gente vieja
ayudó a destruir.
Apareció Cesar Muñoz en escena. Se reencontró con Enzo
y de inmediato surgió la idea de hacer algo. Un trío de rocanrol y
blues. Le propusieron a Gallineto, pero este no aceptó. Entonces Enzo
lo propuso a Pepe, que hacía un tiempo que no tocaba. Pepe no estaba
muy convencido, hasta que se juntaron a zapar la primera vez.
La Serpiente fue un punto muy alto en la historia del rock
rivadaviense, a pesar del poco tiempo que estuvo. Nació y murió
envuelta en mística, con una poesía aventurera, desgarrada y
marginal, una guitarra de calidad superior, melodías inolvidables y
una base sólida, potente e imaginativa.
Duraron tan solo un año, 1993 vertiginoso. Y en ese
tiempo se generó una leyenda. Fueron en constante crecimiento,
porque sabían a dónde se estaban dirigiendo: Habían buenos
instrumentos, mucho ensayo y trabajo en equipo, Cheto Beltrán fue el
manager que organizó, difundió y hasta consiguió que alguien
estuviera dispuesto a invertir dinero. Tocaron mucho en la zona este, y
también en Mendoza, donde se estaba gestando un movimiento rockero
importante, y La Serpiente, con su energía y su calidad, dominaba la
escena. Se habían propuesto objetivos y los estaban logrando. Y cuando
la banda empezaba el despegue, de pronto y a la fuerza se vio obligada
a parar.
Cesar Muñoz se fue a Buenos Aires y el rock rivadaviense
por un tiempo guardó silencio. Se cerraba una etapa de brillo, emoción
y contundencia.
LO QUE VINO DESPUÉS
Pero no por mucho tiempo. Porque a la sombra, desde los
distintos barrios, un grupo de pibes venía pidiendo pista. Fernando
Ceferino, que a los cinco años escuchaba Kiss y a los diez jugaba con
sus amigos a que tenía una banda Los Tigres del Rocanrol. También
estaban Nacho Panella y Mauricio Vicente, entre otros. Todos ellos a
los doce años le alquilaban la sala y los instrumentos a don Barroso,
que les enseñaba a usar y a enchufar por cuenta de la casa.
En el 93 formaron SKS y en el 94 BELCEBÚ. En el medio,
Fernando y los Hermanos Tumbarello formaron Los Flojos, donde
hacían covers de AC/DC, Metálica, Guns ‘N Roses y temas propios.
BELCEBÚ duró un año. Era rocanrol bien pesado. Nacho tocaba el
bajo, hacía las letras y las cantaba. En la última etapa de la banda
entró a cantar Carlos Blengini. Cuando se separaron, Fernando en
guitarra y letras, Walter Ríos en bajo, Daniel Meztorino en batería y
Diego Díaz en voz, formaron C.H.A.C.A.L., la primer banda de Heavy
Metal que hubo en Rivadavia.
En el año 95, Marcelo Muscolini armó LA
ALTERNATIVA, junto a Marcelo Figueroa, que también integraría la
banda de folklore latino AMERINDO. La idea era fusionar ambos
sonidos, acompañándose de buena poesía. Nacho Panella, que era un
muchachito, entró a tocar el bajo y poco tiempo después empezó a
aportar letras, voz y también se metió en la composición. Gustavo
Cortéz tocaba la batería. Y Cheto Beltrán dio sus primeros pasos en la
percusión.
Cuando se desarmó LA ALTERNATIVA, Nacho Panella,
junto con Martín Vicente en guitarra y Edgardo Palma en batería,
armó SANGRE NATIVA, el germen de lo que hoy es LA BURNIN’
BAND.
NO SE PUEDE PARAR LA MÚSICA
Por otro lado, Pepe Lobiondo se conectó con Gustavo
Gonzales, Tati, un excelente violero oculto. Nació MATE AMARGO.
Que tuvo tres bateristas a lo largo de su historia: Daniel Meztorino,
Gustavo Cortéz y Enzo Compagnucci. Antes de eso, hicieron un recital
debut y despedida como LA MUSA MALEVA, en la exposición de
Rocambole, basada en su trabajo como artista y diseñador gráfico de
toda la discografía de Los Redonditos de Ricota, que la Municipalidad
montó en el primer piso del Cine Ducal.
A mediados del 97, Ciego, Gallineto y Marcelo deciden
rearmar PARENALILA. Prueban bateristas, pero el destino los volvió a
cruzar con Enzo. A fines de ese año volvió a tocar. Luego entró Pablo
Giorgi en guitarra, para respetar la formación original. Pero cuando
por decisión del grupo Pablo se fue y Ciego se hizo cargo de la guitarra
y la voz, la banda se consolidó nuevamente.
En octubre del 97, CHACAL, que desde hacía un
tiempo solo tocaba entre amigos, se volvieron a juntar, pero como
ALTO VOLTAJE, banda de hard rock. Debutaron en la Clínica de
Producción Musical, en el Cine Ducal. El bajista Walter Ríos se fue de
la banda y entonces ingresó Danilo Querio, mas conocido como el
Grosso, que no sabía tocar el bajo y le enseñaron entre todos.
En el 98 tocaron bastante. Grabaron un demo con dos
canciones: Durante semanas “Dame tu amor” estuvo primera en el
ranking, votada por la gente. En febrero del 99 se separaron, y a partir
de ese momento la banda sufrió transformaciones, intercambiaron
músicos con MAORIDATH, banda de Diego Dromi y Charly Stirpa.
En el 98 también apareció CONVICTO MEZCAL, que
todavía no tenían nombre y estaba integrado por Fabricio Martinez,
Gastón Egea, Martín Cónsoli, Turi Capelloni y Damian Agüero.
Duraron unos meses con esa formación hasta el 99, que quedan
Fabricio, Gastón y Martín. Empezaron todo de nuevo. Buscaron
vocalista, hasta que decidieron quedarse como trío y que Fabricio
cantara.Y se pusieron un nombre.
LA BURNIN’ EMPEZÓ A SONAR
En 1999 nació LA BURNIN’ BAND, liderada por Nacho
Panella, ya no como bajista, sino como guitarrista y cantante. Pablo
Lopez en bajo y Edgardo Palma en batería participaron desde un
primer momento del proyecto. Luego se sumaron Toto Lioy en
percusión, Rafael Fernandez en teclados, Javier Díaz en saxo.
Esta formación, menos Javier que iba y venía, se instaló
en Chile en el verano de 2000. Estuvieron viviendo unos meses,
tocaron, se promocionaron, grabaron un demo en un buen estudio y se
volvieron. Un tiempo después Pablo López se fue de la banda para
encarar su proyecto solista, PLANETA CAPUT.
Por la Burnin’ también pasaron Marcelo Muscolini en
guitarra, Pablo Donaire en teclado, Hugo Reynoso en bajo, Rubén
Jofré en saxo, Jorge Panella en teclados y algunos otros.
Han grabado cuatro demos, y además de haber tocado
mucho en solitario, también lo han hecho con otras bandas, de la zona
Este y de Mendoza, con Karamelo Santo, Todos tus Muertos, Fidel
Nadal, Escuela de la Calle. Esta última banda, que formó César
Muñoz en Buenos Aires luego de LA SERPIENTE, mantiene un
vínculo estrecho con Rivadavia. Ha traído músicos de Buenos Aires y se
ha llevado músicos de Rivadavia. César ha grabado dos discos en
forma independiente. En el primero participaron Pepe y Enzo, en el
segundo, editado hace poco, los nombra, volviendo a ligar su historia
con la de nuestro lugar.
Y EN EL 2000 TAMBIÉN
En el año 2000 CONVICTO MEZCAL debutó en el
Mercado de las Artes. Un tiempo después, Martín dejó de tocar, por
diferencias musicales. En 2001 lo reemplazó Fernando Gonzales.
Actuaron en los Campamentos de Música Popular, que todos los años
organizan Dino Parra y su familia, y también en donde les ha
permitido el pobre circuito de los últimos tiempos. Grabaron dos
demos, para presentarse a concursos y en la actualidad tienen toda la
energía puesta en grabar un disco, con al idea de abrir el panorama,
salir a tocar a otros lados.
Después de idas y vueltas y períodos de silencio, ALTO
VOLTAJE se volvió a juntar, en 2004. La formación actual es Charly
Stirpa en bajo, Grosso en guitarra rítmica, Adrián Ponce en teclados,
Daniel Meztorino en batería, Diego Díaz en voz, Fernando Ceferino en
guitarra y letras. Tienen claro que hay que salir a buscar su público
entre las nuevas generaciones. El proyecto más concreto para este año
es la posibilidad de ser teloneros de Rata Blanca, que vendría a
Mendoza a mediados de año.
PARENALILA estuvieron tocando hasta 2002, año en que
pararon para encerrarse a grabar un disco. Que terminaron siendo dos,
porque como Ciego se iba a vivir a Brasil, decidieron dejar grabada la
mayor cantidad posible. El primer disco nunca fue editado y el
segundo, la cinta fue robada de una casa, junto con otras cosas, y hasta
el momento, se perdió para siempre.
En la actualidad, Enzo toca en una banda de música
electrónica, EUROTICA, con Marcelo Barroso, Dante Quiroga y Rafael
Fernandez. Tiene planeado editar el disco de PARENALILA, le está
produciendo, junto con Marcelo, el primer disco a Gallineto y tiene
pendiente para dentro de un tiempo una gira por España, con un
músico español con quién grabó un disco hace un par de meses.
Pablo Lopez continúa haciendo pop sónico con PLANETA
CAPUT y al mismo tiempo está tocando sintetizadorista en Flipper,
una banda de Mendoza. Mauricio Vicente, además de la BURNIN’ toca
en otras cuatro bandas, una de ellas es FUNKY TABÚ, que tiene seis
años y además están Hugo Reynoso en bajo, Marcelo Fernandez y
Hugo Nuñez en guitarra, Dibu en voz.
Desde hace un año se definió la formación actual de la
BURNIN’: Nacho guitarra y voz, Pepe Lobiondo en bajo, Mauricio
Vicente en batería, Javier Díaz en saxo, Toto Lioy y Cheto Beltrán en
percusión. Y Edgardo Palma está dando sus primeros pasos en la
guitarra. Las letras son de Nacho, con alguna colaboración de Fabricio
Marquez.
En este momento la banda está trabajando en la sala,
creando, arreglando, buscando un sonido autentico y profesional.
Dentro de poco van a estar en condiciones de dar un paso adelante,
salir de la adolescencia que ha caracterizado a la mayoría de las
bandas de esta historia. Tienen un buen futuro por delante, músicos
excelentes y con alguna experiencia, haciendo temas divertidos,
comprometidos, bailables, imposibles de olvidar.
BUSCANDO UNA CONCLUSIÓN
Hoy en día, si alguna vez hubo bohemia, ya no la hay. El
rock, que en el mundo ha dejado de ser marginal, acá lo sigue siendo,
pero por una cuestión de mercado: no hay lugares dónde tocar, no hay
un público que lo sostenga. Pero igual siguen naciendo bandas, igual
se siguen juntado grupitos de pibes a tocar y a escuchar. Garages,
piezas del fondo, salones, bodegas abandonadas, todos buenos lugares
para una sala de ensayo.
Y los que ya no son adolescentes, los que vienen remando
desde hace años, llevándolo adelante, en la sangre, cultivándolo, por
seguir detrás de un sueño, por un proyecto profesional o por el mero
placer de juntarse a tocar, son padres de familia, que trabajan, que
estudian, profesionales, comerciantes, que tienen que buscar un
huequito en sus obligaciones cotidianas para poder coincidir con los
otros y ensayar. No esperan recompensas, ni fama, ni plata. Por el
momento solo les basta el placer de tocar por tocar. El futuro viene
después.
(*) Versión ampliada de Crónica publicada
en Revista Foco – Año 2 – Nº 7 –Abril/Mayo
2005
Publicación Digital Exclusiva
“El Florilegio”
Por Fabricio Márquez
CUANDO NO HABÍA NADA
A principios de la década del ochenta, en Rivadavia, como
en cualquier pueblo del interior, si a un pibe le pasaba que quería
dedicarse a tocar rocanrol, se encontraba con un panorama desolador:
muy poco apoyo del entorno, desconocimiento de técnicas para
componer y pocas fuentes de dónde aprender, descreimiento en cuanto
a las concreciones, subestimaciones de propios y extraños, prejuicios de
la sociedad con respecto a las razones por las cuales alguien decidía
canalizar sus pensamientos y deseos a través de este género musical. Y
ni hablar de los instrumentos: caros y difíciles de conseguir.
Eran tantas las imposibilidades que se presentaban, que
el pecho se oprimía, aplastado el impulso, ante la tarea gigantesca.
Carlos Calderón vivió esta situación durante su adolescencia y parte
de su juventud.
Tocaba una guitarra vieja y destartalada, componía
canciones debajo de los árboles de la Plaza del pueblo, a plena siesta,
lidiando con las consecuencias de vivir en el interior del interior.
Además de músico autodidacta, era obrero de la
construcción. En aquella época puso ladrillos en la nueva Escuela
Normal, en el Barrio La Línea, en la nueva Municipalidad. Tenía 24
Años cuando se acercó a un grupo de jóvenes que se encontraban en sus
mismas condiciones y con sus mismas ganas, con la idea de abrirles
caminos expresivos. Y así fue como se formó la primera banda de rock alternativo.
Ave Cristo
Carlos Calderón, voz y primera guitarra;
Mariano Arboit y Guillermo Acieff, guitarras rítmicas;
Osvaldo “Ciego”Gimenez, bajo; Juan Salomón, batería;
César Plastina, armónica y flauta; la Turca Hebe, coros.
Carlos armó, organizó, enseñó, aportó un
puñado de canciones y después se fue a Río Negro, porque había
encontrado trabajo por allá y en aquel momento eso era lo
preponderante.
EL PRIMER ROCANROL
El grupo se reestructuró y siguieron ensayando solos. Se
presentaron a un concurso en la Escuela Don Bosco, en Rodeo del
Medio. En el camino perdieron el bombo de la batería. Tocaron dos
canciones. Ganó la banda local. Después entra en escena Willy Mañas,
que hace la primera voz. Recién ahí se sintieron en condiciones de
hacer su debut oficial. Y lo hicieron a lo grande. El 9 de julio de 1981,
en el Cine Ducal. Según el Diario Los Andes de esa época, ante
ochocientas personas y con notorio éxito.
Tenían 17 o 18 años, algunos recién terminaban la
secundaria, otros no. Junto con ellos tocaron dos bandas más, con gente
de San Martín y Palmira: el Dúo Vida, integrado por Chucho
Campanella y Sergio Gimenez, o sea Gallineto. Y Nosotros, que cerraba
el show, y que estaba formado por los hermanos Sotelo, Mario
Campanella, Cordero Rogel y un muchacho recién llegado a Palmira
desde San Luis, siguiendo a su familia porque al padre, ferroviario, lo
habían trasladado: César Muñoz, el Negro César.
Se podría decir que esa fue una noche fundacional, porque
pasaron cosas importantes: en primer lugar, Ave Cristo tuvo un debut exitoso, en el que se puso de manifiesto todo el tiempo, el esfuerzo y las ganas que habían puesto para lograrlo. El premio fue tocar en un gran escenario y tener una sala llena aplaudiéndolos. Sin lugar a dudas algo estaba cambiando en el ánimo de la gente, porque la banda generó una expectativa y una asistencia masiva que Carlos Calderón jamás se
hubiera imaginado y que a cualquier banda en la actualidad le resulta
casi imposible de lograr.
Y lo otro que pasó fue que entre las bandas invitadas
aparecieron en escena dos músicos y personajes que tendrían mucho
que ver con la historia del rock local: el Gallineto y el Negro César,
ambos fundadores de las dos bandas más importantes que tuvimos. Si
hay algo que cabe destacar y que tal vez quedó conjurado aquella
noche, es que el rock ha sido desde siempre quizás el único espacio en
el que no ha existido la típica confrontación entre San Martín, Palmira,
Junín y Rivadavia. Al contrario, salvando excepciones, ha habido
siempre un amistoso ida y vuelta de músicos, de públicos, de recitales,
de colaboraciones y de simpatías.
EL DESPERTAR DE LA GAVIOTA
Después de esa noche, Ave Cristo volvió a tocar en Casa
de Italia, en un festival de bandas entre las que actuaban Los Enanitos
Verdes, que en sus comienzos venían bastante seguido por acá. Luego,
por diferencias entre sus integrantes, Ave Cristo se disolvió. Guillermo
y Ciego armaron TRICICLO MÁGICO, banda con la que tocaron en el
año 82 en el Club Bernardino Rivadavia, pero que no duró demasiado.
Ese mismo año volvió Carlos Calderón. Y con Ciego
armaron GAVIOTA FEROZ. Hubo dos bateristas: Carlos Cecchi, el
primero y Pablo Domínguez, el estable. En los recitales sobrevolaba
sobre el escenario una gaviota de dos metros y medio. Y se extendía
una bandera grande de terciopelo azul con una gaviota en el centro. El
público no sólo estaba compuesto por jóvenes, también se había sumado
gente grande. Los recitales se hacían en lugares amplios, como Casa
de Italia, el Agustín Álvarez, el subsuelo del Cine Ducal. Y se
transformaron en una galería para todo aquel artista que quisiera
exhibir sus creaciones. Acudieron a la propuesta artistas de toda la
zona Este.
Fue una banda comprometida con la vida política, social y
cultural de los rivadavienses. Y lo expresaron enfrentando a la policía
desde el escenario, invitándolos a retirarse si no habían venido a bailar
rocanrol y sumarse a la fiesta. Y también en ese recital en 1983,
abriendo el actual período democrático. En la Plaza principal llena de
gente escuchando la música de la Democracia. El escenario era la
plataforma del monumento, el telón de fondo, el prócer y la Patria.
GAVIOTA FEROZ tenía calidad de sonido, justeza y
técnica en la ejecución de los instrumentos, temas con contenidos y
proyección. Podían tocar un rocanrol pesado o fusionar jazz-rock con
una zamba o un malambo. Cuando la banda
cumplió un año lo festejaron a lo grande: con música, torta y champán.
Un tiempo después se separaron.
Luego de esta experiencia, Ciego se fue a tocar a Palmira.
Y cambió el bajo por la guitarra. Con Gallineto en bajo, Chambi Rojas
en guitarra y voz y Paya en batería, armaron SUPERCIELO. Luego
de que se fue Chambi y probaron con dos chicas, Ciego empezó a
cantar, se convirtieron en trío y pasaron a llamarse PARENALILA,
allá por el 85.
SE VINO EL ESTALLIDO
Enzo Compagnucci tiene el privilegio de haber sido
baterista de las dos bandas más importantes de esta historia:
PARENALILA y LA SERPIENTE.
Pero no nos adelantemos. En el año 87 Enzo vivía en un
callejón en las afueras de Rivadavia y con cualquier cosa y dos palos
improvisaba una batería. Se conocían con Cheto Beltrán, que vivía en
las orillas del Centro, a través de sus hermanos mayores. A principios
de ese año ambos cosecharon en la misma finca. Eran un grupito que se
completaba con los amigos de Cheto, que vivían en el Centro.
Enzo estaba acostumbrado desde chico a trabajar pesado,
los otros se estaban estrenando. Venían de realidades muy diferentes.
Lo único que los unió fue que todos querían comprarse un instrumento
y ponerse a tocar. Cada vez la cosa fue tomando mas forma y después
de terminada la cosecha, lo planificado se concretó.
TERAPIA INTENSIVA estaba integrada por Carlos
Cremades en guitarra; Dario Penisse, guitarra, voz y letras; Daniel
Dindorf, bajo y voz; Enzo Compagnucci, batería; Cheto Beltrán, letras y
composición. Ensayaron mucho, pero alcanzaron a tocar en vivo pocas
veces. El recital más importante lo dieron un domingo a la noche, en
la Peatonal. Y su mayor logro fue que hizo renacer la llama del rock en
Rivadavia, que había quedado un poco extinguida.
Luego de su separación, a principios del 88, ocurre un
estallido, y el pueblo se llena de bandas: Cheto Beltrán arma DOBLE
SENTIDO, haciéndose cargo de la voz y las letras; Carlos Cremades,
guitarra; Marcelo Rechi, otro habitante oculto de los callejones que
corren entre Junín y Rivadavia, batería; primero Pepe Lobiondo y
luego Javier Figueroa en bajo y Marcelo Barroso, en teclado, era un
invitado ocasional. CASANDRA se formó con Dario Penisse en bajo y
voz; Fernando “Mimi” Orozco, de San Martín, en guitarra; Alejandro
Carricondo en teclados y Francisco Boschini en batería, ambos de
Junín. HUNO estaba formado por Daniel Dindorf en bajo y voz; Negro
Matilla en guitarra y Enzo Compagnucci en Batería. Así quedó
Terapia Intensiva desmembrada.
Y LA CASA SE QUEMÓ
Pero también estaba DC 10, con Hugui Moreira en
guitarra y Marcelo Barroso en teclados. Pepe Lobiondo estuvo muy
poco en DOBLE SENTIDO, porque conoció a Silvio Herrero, de San
Martín, y ahí nació otra buena banda, QUEMANDO LA CASA. Una
banda roquera, pero oscura. Silvio tocaba la guitarra eléctrica, pero
además componía las canciones y las cantaba. Y encaraba todo el
asunto de una manera más profesional. En el teclado estaba Gustavo
Morán, de Palmira. Y en la batería primero estuvo Fabian Martinez, el
Lechuga, de Palmira y en la última etapa entró Enzo.
QUEMANDO LA CASA estuvo en escena tres años.
Tocaron mucho en la zona este. En Rivadavia, uno de sus recitales mas
recordados fue el del Cine Ducal, organizado por Héctor Morales. Pero
volvamos al 88: PARENALILA estaba pasando un momento incierto.
Gallineto se había ido por un tiempo a trabajar, Paya abandonó la
banda. Pero entonces apareció Marcelo Herrero, el hermano de Silvio,
tecladista. Por otro lado, Ciego lo conoció a Enzo, lo escuchó tocar y lo
invitó a integrarse a la banda.
Cuando Gallineto volvió, se encontró con que tenía banda
nueva. Enzo debutó en PARENALILA el 20 de setiembre de 1988, en
el Baile de la Primavera de la Escuela Normal. Y al otro día, en la
tarde, hizo su debut oficial en el Rivadavia Rock, un Festival
organizado por Marcelo y Sandro Arancibia. Allí tocaron las bandas
locales que ya mencionamos, y de Mendoza estuvieron Los Perfectos
idiotas, La Leche, Ala Disidente, Raivan Perez, Alcohol Etílico. Una
buena idea ese festival, que lamentablemente no continuó.
PAREN A ESA CHICA
Pero la formación fuerte de PARENALILA recién se
completó el 24 de diciembre, en San Martín, al mediodía, en un recital
que organizó Radio Merlín. PARENALILA y SKY DADÁ, banda en la
que tocaba Cesar Muñoz. Una amiga en común los presenta y Cesar le
dijo a Ciego que quería tocar en PARENALILA. A partir de ahí la cosa
cambió.
En 1989 vivieron “los tres meses del éxito mendocino”,
que según Ciego, es lo que dura un éxito en Mendoza. En abril
participaron de la Gira por Angeloz Presidente, junto a La Torre, Los
Pericos y Luis Alberto Spinetta. Tocaron mucho, tuvieron buena
prensa, se convirtieron en la banda rockera por excelencia. Y aún hoy,
en Mendoza, se la sigue considerando.
Pero a principios de 1990, por problemas personales,
ajenos a lo musical, se vieron obligados a separarse. Cada uno encaró
algo distinto. El lugar de baterista en QUEMANDO LA CASA había
quedado vacante y Enzo pasó a ocuparlo. Esa banda también se separó
tiempo después, y Enzo, Gallineto, Marcelo, Silvio y Mimi forman LOS
VICIOS DEL CONDE, que duró tres meses con esa formación.
Ese mismo año, César Plastina, Hugui Moreira, Marcelo y
Gabriel Barroso y Mauricio Vicente formaron KEY STONE. Luego, en
el 91, César Plastina y Guillermo Acieff se juntaron para revivir AVE
CRISTO. El resto de la banda era distinta: Beto Durigutti en batería,
Arturo Crescitelli en teclado, Alejandro Acieff guitarra. César tocaba
el bajo. Darío Guisaura, de Raivan Perez, colaboró con la banda.
Tocaron una sola vez, en Casa España. Fueron teloneros el dúo
MUSCOLINI-TARQUINI, que venían haciendo folklore pero que se
estaban arrimando al fogón del rock.
BLUES DEL ESTE
1992 fue un año de poco movimiento, o mejor dicho de
movimientos internos. Marcelo Muscolini, Enzo, Pepe, Marcelo
Figueroa y muchos otros, se juntaban en las casas, a zapar, a
fusionarse, a aprender los unos de los otros. A su alrededor, se movían
aprendices de artistas plásticos, actores, escritores. Toda esa fusión era
producto del Centro Cultural Inti Runa, idea de Ely Escudero que un
grupo de gente joven ayudó a llevar a cabo y otro grupo de gente vieja
ayudó a destruir.
Apareció Cesar Muñoz en escena. Se reencontró con Enzo
y de inmediato surgió la idea de hacer algo. Un trío de rocanrol y
blues. Le propusieron a Gallineto, pero este no aceptó. Entonces Enzo
lo propuso a Pepe, que hacía un tiempo que no tocaba. Pepe no estaba
muy convencido, hasta que se juntaron a zapar la primera vez.
La Serpiente fue un punto muy alto en la historia del rock
rivadaviense, a pesar del poco tiempo que estuvo. Nació y murió
envuelta en mística, con una poesía aventurera, desgarrada y
marginal, una guitarra de calidad superior, melodías inolvidables y
una base sólida, potente e imaginativa.
Duraron tan solo un año, 1993 vertiginoso. Y en ese
tiempo se generó una leyenda. Fueron en constante crecimiento,
porque sabían a dónde se estaban dirigiendo: Habían buenos
instrumentos, mucho ensayo y trabajo en equipo, Cheto Beltrán fue el
manager que organizó, difundió y hasta consiguió que alguien
estuviera dispuesto a invertir dinero. Tocaron mucho en la zona este, y
también en Mendoza, donde se estaba gestando un movimiento rockero
importante, y La Serpiente, con su energía y su calidad, dominaba la
escena. Se habían propuesto objetivos y los estaban logrando. Y cuando
la banda empezaba el despegue, de pronto y a la fuerza se vio obligada
a parar.
Cesar Muñoz se fue a Buenos Aires y el rock rivadaviense
por un tiempo guardó silencio. Se cerraba una etapa de brillo, emoción
y contundencia.
LO QUE VINO DESPUÉS
Pero no por mucho tiempo. Porque a la sombra, desde los
distintos barrios, un grupo de pibes venía pidiendo pista. Fernando
Ceferino, que a los cinco años escuchaba Kiss y a los diez jugaba con
sus amigos a que tenía una banda Los Tigres del Rocanrol. También
estaban Nacho Panella y Mauricio Vicente, entre otros. Todos ellos a
los doce años le alquilaban la sala y los instrumentos a don Barroso,
que les enseñaba a usar y a enchufar por cuenta de la casa.
En el 93 formaron SKS y en el 94 BELCEBÚ. En el medio,
Fernando y los Hermanos Tumbarello formaron Los Flojos, donde
hacían covers de AC/DC, Metálica, Guns ‘N Roses y temas propios.
BELCEBÚ duró un año. Era rocanrol bien pesado. Nacho tocaba el
bajo, hacía las letras y las cantaba. En la última etapa de la banda
entró a cantar Carlos Blengini. Cuando se separaron, Fernando en
guitarra y letras, Walter Ríos en bajo, Daniel Meztorino en batería y
Diego Díaz en voz, formaron C.H.A.C.A.L., la primer banda de Heavy
Metal que hubo en Rivadavia.
En el año 95, Marcelo Muscolini armó LA
ALTERNATIVA, junto a Marcelo Figueroa, que también integraría la
banda de folklore latino AMERINDO. La idea era fusionar ambos
sonidos, acompañándose de buena poesía. Nacho Panella, que era un
muchachito, entró a tocar el bajo y poco tiempo después empezó a
aportar letras, voz y también se metió en la composición. Gustavo
Cortéz tocaba la batería. Y Cheto Beltrán dio sus primeros pasos en la
percusión.
Cuando se desarmó LA ALTERNATIVA, Nacho Panella,
junto con Martín Vicente en guitarra y Edgardo Palma en batería,
armó SANGRE NATIVA, el germen de lo que hoy es LA BURNIN’
BAND.
NO SE PUEDE PARAR LA MÚSICA
Por otro lado, Pepe Lobiondo se conectó con Gustavo
Gonzales, Tati, un excelente violero oculto. Nació MATE AMARGO.
Que tuvo tres bateristas a lo largo de su historia: Daniel Meztorino,
Gustavo Cortéz y Enzo Compagnucci. Antes de eso, hicieron un recital
debut y despedida como LA MUSA MALEVA, en la exposición de
Rocambole, basada en su trabajo como artista y diseñador gráfico de
toda la discografía de Los Redonditos de Ricota, que la Municipalidad
montó en el primer piso del Cine Ducal.
A mediados del 97, Ciego, Gallineto y Marcelo deciden
rearmar PARENALILA. Prueban bateristas, pero el destino los volvió a
cruzar con Enzo. A fines de ese año volvió a tocar. Luego entró Pablo
Giorgi en guitarra, para respetar la formación original. Pero cuando
por decisión del grupo Pablo se fue y Ciego se hizo cargo de la guitarra
y la voz, la banda se consolidó nuevamente.
En octubre del 97, CHACAL, que desde hacía un
tiempo solo tocaba entre amigos, se volvieron a juntar, pero como
ALTO VOLTAJE, banda de hard rock. Debutaron en la Clínica de
Producción Musical, en el Cine Ducal. El bajista Walter Ríos se fue de
la banda y entonces ingresó Danilo Querio, mas conocido como el
Grosso, que no sabía tocar el bajo y le enseñaron entre todos.
En el 98 tocaron bastante. Grabaron un demo con dos
canciones: Durante semanas “Dame tu amor” estuvo primera en el
ranking, votada por la gente. En febrero del 99 se separaron, y a partir
de ese momento la banda sufrió transformaciones, intercambiaron
músicos con MAORIDATH, banda de Diego Dromi y Charly Stirpa.
En el 98 también apareció CONVICTO MEZCAL, que
todavía no tenían nombre y estaba integrado por Fabricio Martinez,
Gastón Egea, Martín Cónsoli, Turi Capelloni y Damian Agüero.
Duraron unos meses con esa formación hasta el 99, que quedan
Fabricio, Gastón y Martín. Empezaron todo de nuevo. Buscaron
vocalista, hasta que decidieron quedarse como trío y que Fabricio
cantara.Y se pusieron un nombre.
LA BURNIN’ EMPEZÓ A SONAR
En 1999 nació LA BURNIN’ BAND, liderada por Nacho
Panella, ya no como bajista, sino como guitarrista y cantante. Pablo
Lopez en bajo y Edgardo Palma en batería participaron desde un
primer momento del proyecto. Luego se sumaron Toto Lioy en
percusión, Rafael Fernandez en teclados, Javier Díaz en saxo.
Esta formación, menos Javier que iba y venía, se instaló
en Chile en el verano de 2000. Estuvieron viviendo unos meses,
tocaron, se promocionaron, grabaron un demo en un buen estudio y se
volvieron. Un tiempo después Pablo López se fue de la banda para
encarar su proyecto solista, PLANETA CAPUT.
Por la Burnin’ también pasaron Marcelo Muscolini en
guitarra, Pablo Donaire en teclado, Hugo Reynoso en bajo, Rubén
Jofré en saxo, Jorge Panella en teclados y algunos otros.
Han grabado cuatro demos, y además de haber tocado
mucho en solitario, también lo han hecho con otras bandas, de la zona
Este y de Mendoza, con Karamelo Santo, Todos tus Muertos, Fidel
Nadal, Escuela de la Calle. Esta última banda, que formó César
Muñoz en Buenos Aires luego de LA SERPIENTE, mantiene un
vínculo estrecho con Rivadavia. Ha traído músicos de Buenos Aires y se
ha llevado músicos de Rivadavia. César ha grabado dos discos en
forma independiente. En el primero participaron Pepe y Enzo, en el
segundo, editado hace poco, los nombra, volviendo a ligar su historia
con la de nuestro lugar.
Y EN EL 2000 TAMBIÉN
En el año 2000 CONVICTO MEZCAL debutó en el
Mercado de las Artes. Un tiempo después, Martín dejó de tocar, por
diferencias musicales. En 2001 lo reemplazó Fernando Gonzales.
Actuaron en los Campamentos de Música Popular, que todos los años
organizan Dino Parra y su familia, y también en donde les ha
permitido el pobre circuito de los últimos tiempos. Grabaron dos
demos, para presentarse a concursos y en la actualidad tienen toda la
energía puesta en grabar un disco, con al idea de abrir el panorama,
salir a tocar a otros lados.
Después de idas y vueltas y períodos de silencio, ALTO
VOLTAJE se volvió a juntar, en 2004. La formación actual es Charly
Stirpa en bajo, Grosso en guitarra rítmica, Adrián Ponce en teclados,
Daniel Meztorino en batería, Diego Díaz en voz, Fernando Ceferino en
guitarra y letras. Tienen claro que hay que salir a buscar su público
entre las nuevas generaciones. El proyecto más concreto para este año
es la posibilidad de ser teloneros de Rata Blanca, que vendría a
Mendoza a mediados de año.
PARENALILA estuvieron tocando hasta 2002, año en que
pararon para encerrarse a grabar un disco. Que terminaron siendo dos,
porque como Ciego se iba a vivir a Brasil, decidieron dejar grabada la
mayor cantidad posible. El primer disco nunca fue editado y el
segundo, la cinta fue robada de una casa, junto con otras cosas, y hasta
el momento, se perdió para siempre.
En la actualidad, Enzo toca en una banda de música
electrónica, EUROTICA, con Marcelo Barroso, Dante Quiroga y Rafael
Fernandez. Tiene planeado editar el disco de PARENALILA, le está
produciendo, junto con Marcelo, el primer disco a Gallineto y tiene
pendiente para dentro de un tiempo una gira por España, con un
músico español con quién grabó un disco hace un par de meses.
Pablo Lopez continúa haciendo pop sónico con PLANETA
CAPUT y al mismo tiempo está tocando sintetizadorista en Flipper,
una banda de Mendoza. Mauricio Vicente, además de la BURNIN’ toca
en otras cuatro bandas, una de ellas es FUNKY TABÚ, que tiene seis
años y además están Hugo Reynoso en bajo, Marcelo Fernandez y
Hugo Nuñez en guitarra, Dibu en voz.
Desde hace un año se definió la formación actual de la
BURNIN’: Nacho guitarra y voz, Pepe Lobiondo en bajo, Mauricio
Vicente en batería, Javier Díaz en saxo, Toto Lioy y Cheto Beltrán en
percusión. Y Edgardo Palma está dando sus primeros pasos en la
guitarra. Las letras son de Nacho, con alguna colaboración de Fabricio
Marquez.
En este momento la banda está trabajando en la sala,
creando, arreglando, buscando un sonido autentico y profesional.
Dentro de poco van a estar en condiciones de dar un paso adelante,
salir de la adolescencia que ha caracterizado a la mayoría de las
bandas de esta historia. Tienen un buen futuro por delante, músicos
excelentes y con alguna experiencia, haciendo temas divertidos,
comprometidos, bailables, imposibles de olvidar.
BUSCANDO UNA CONCLUSIÓN
Hoy en día, si alguna vez hubo bohemia, ya no la hay. El
rock, que en el mundo ha dejado de ser marginal, acá lo sigue siendo,
pero por una cuestión de mercado: no hay lugares dónde tocar, no hay
un público que lo sostenga. Pero igual siguen naciendo bandas, igual
se siguen juntado grupitos de pibes a tocar y a escuchar. Garages,
piezas del fondo, salones, bodegas abandonadas, todos buenos lugares
para una sala de ensayo.
Y los que ya no son adolescentes, los que vienen remando
desde hace años, llevándolo adelante, en la sangre, cultivándolo, por
seguir detrás de un sueño, por un proyecto profesional o por el mero
placer de juntarse a tocar, son padres de familia, que trabajan, que
estudian, profesionales, comerciantes, que tienen que buscar un
huequito en sus obligaciones cotidianas para poder coincidir con los
otros y ensayar. No esperan recompensas, ni fama, ni plata. Por el
momento solo les basta el placer de tocar por tocar. El futuro viene
después.
(*) Versión ampliada de Crónica publicada
en Revista Foco – Año 2 – Nº 7 –Abril/Mayo
2005
Publicación Digital Exclusiva
“El Florilegio”
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