NIÑO VIÑATERO ROQUERO
"El Loco de Juan" era un niño curioso y enérgico, con el cabello revuelto y una guitarra improvisada hecha de una caja de madera y cuerdas de hilo. Aunque crecía entre las vides y los surcos de la tierra, su corazón latía al ritmo de la música rock.
Escuchaba en secreto las canciones de bandas legendarias que su abuelo le había mostrado en un viejo reproductor, soñando con tocar en grandes escenarios.
Sin embargo, en el valle, la vida giraba en torno al trabajo en la chacra: plantar, regar y cosechar. Los vecinos decían que un chico como él debería enfocarse en aprender el oficio de la tierra, no en sueños ruidosos de guitarra.
Para sorpresa de todos, la música de "El Loco de Juan"inspiró a los niños del valle a unirse.
Algunos trajeron tambores hechos de baldes, otros silbaban melodías como el viento entre las chacras.
Juntos, crearon una canción única que honraba tanto la tradición viñatera como el espíritu libre del rock.
Desde ese día, "El Loco de Juan"se convirtió en el "chico roquero del valle", enseñando a sus amigos que los sueños pueden crecer como las uvas en la vid: con raíces en la tierra y alas hacia el cielo.
Y así, en aquel lugar viñatero y chacarero, la música y la cosecha se entrelazaron, recordándonos que cada uno puede encontrar su propio ritmo en la vida.
Fin.
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